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¿TE SIENTES LEJOS DE SER QUIEN QUIERES SER?


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Un día el Señor ministró mi corazón y me dijo que no debía dar muerte a quien soy hoy, por el simple hecho de no reflejar todavía la belleza del producto terminado que un día seré. Pues en cada una de mis etapas; siendo semilla, siendo un brote o siendo un pequeño tallo... al Señor le gusta y agrada mi forma de ser, aunque aún no sea el árbol completo.


Y hoy vengo a decirte que no debes dar muerte a tu destino o dar muerte a quién eres hoy, solamente por no poder ver en ti esa flor perfecta que quieres ser y un día serás.


Cuando nos dejamos influenciar por la corriente de la sociedad actual, comenzamos a querer adoptar formas que no fueron diseñadas para nosotras, y pasamos la vida queriendo ser quienes no somos y queriendo hacer cosas que nosotras realmente no haríamos, solo por agradar a los demás en lugar de agradar a Dios.


Realmente nos cuesta creer que lo que Dios habla de nosotras sea la verdad, porque lo que vemos en nosotras es la semilla pequeña, fea y aparentemente sin valor. Pero cuando Dios habla, Él no ve quién eres hoy, Él ve la grandeza que Él colocó en tu interior: el producto terminado.


Tú has sido comprada a precio de sangre, por tanto, el gran valor de Su sangre es el valor que Dios te dio. Eres una semilla extremadamente preciada en Sus manos y llevas dentro la esencia y el poder de producir ese gran destino para el cual fuiste creada, el poder para cumplir esos grandes sueños que Dios escribió para ti.


De la misma forma en que esos árboles majestuosos salen de semillas diminutas, así mismo tu vida está diseñada para florecer y producir algo majestuoso. El destino depende de Dios, quien ya lo determinó, pero el tiempo que tardes en alcanzarlo depende de ti, no depende de Él. Por ello, hace mucho tiempo que yo determiné no entrar en el molde que esta sociedad preparó para mí, por el contrario, viviré siempre ajustándome al molde que Dios estableció para mí. Cada día bendigo mi persona y la vida en la cual Dios me colocó, y el poder libertador de mis palabras hace que muchas de mis situaciones cambien, simplemente por estas declaraciones.


Te animo a comenzar a bendecirte y a bendecir todo lo que tienes a tu alrededor, declarando: «Soy como Dios dice que soy y me gusta ser quien soy. Soy honorable, de gran estima en Dios, tengo sabiduría, belleza interior, tengo una vida dada por Dios y tengo Su amor en mi corazón. Viviré confiada en que Él obra a mi favor y está ajustando todas las cosas para que yo pueda vivir una vida mejor. Hoy afrontaré este día con Su bendición».


 
 
 

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